Durante la vasectomía se realiza la ligadura o remoción de un segmento de ambos conductos deferentes, evitando el paso de los espermatozoides de los testículos a los conductos eyaculadores, el cual puede ser revertido en la mayoría de los casos, restaurando la fertilidad.

Se realiza con anestesia local o regional que consiste en reconectar los extremos cortados y ligados del conducto deferente, con alta precisión a través de visión microscópica. El éxito de una correcta ejecución viene dado por el uso del microscopio en esta intervención. Permitiendo el paso de los espermatozoides y obtener de nuevo espermatozoides en los conductos eyaculadores.

Finalmente, se cierra la herida con puntos de sutura y un apósito compresivo.

Los cuidados son mínimos al ser un proceso ambulatorio, el reposo es aproximadamente de una semana, puede ir reanudando actividad física paulatinamente a lo largo de dos a tres semanas.

Es una cicatriz casi imperceptible, se suele realizar la incisión en el rafe medio escrotal, lo que facilita a “esconder” la cicatriz.